HISTORIA DE LA GUERRA DE LAS MALVINAS

Ciento cuarenta y nueve años de dominio colonial estaban por afrontar su más dura prueba; tras semanas de preparacion, la Armada Argentina ocupó las islas Malvinas, que consideraba suyas por derecho y que además colocaría a las republicas americanas en una prueba de fuego.

1833, aprovechando las crisis post-independistas en Latinoamerica, Inglaterra da un golpe de fuerza y ocupa las Islas Malvinas, de propiedad argentina y desde entonces hace oidos sordos a cualquier reclamo de recuperación de éstas.
1982, Argentina se cansa de reclamar "por las buenas", invade militarmente el archipielago e invoca la aplicación del TIAR al ser atacada por Inglaterra.

E.E.U.U. fue el primer estado en darle la espalda a Argentina en su propósito de recuperar las islas, debido mas que todo era que en esa época (Guerra Fría) le era mucho más importante contar con la amistad inglesa y además, en este caso, era la Argentina la nación agresora. Por el contrario el Perú, gobernado por Fernando Belaúnde, decidio apoyarla en su designio de recuperar sus islas, inmediatamente rotas las hostilidades la embajada peruana en Londres acogió a los diplomaticos argentinos y representó sus intereses (al igual que la embajada norteamericana en Buenos Aires, que acogio a los diplomaticos ingleses).

Diversas negociaciones, incentivadas por el Perú, se ofrecieron para lograr una paz que permitiera un mejor manejo de ese asunto colonial, incluso se estuvo cerca de llegar al alto al fuego, como lo expresa el entonces canciller peruano Arias Stella: "Después de intensas negociaciones junto con Estados Unidos, el presidente Belaúnde habló con Galtieri, su par argentino, quien aceptó el documento por el que se ponía fin al conflicto. Cuando todo indicaba que las negociaciones darían resultados y en Torre Tagle nos preparábamos para un anuncio oficial, el presidente Belaunde me informó que el crucero argentino General Belgrano acababa de ser hundido. No había nada que hacer y Belaunde le expresó su solidaridad a Galtieri". Efectivamente, sobre el mediodía del 2 de mayo, y pese a que había una propuesta de paz del Perú a mano sobre la mesa, el gobierno de Margaret Thatcher autorizó el hundimiento del ARA General Belgrano con sus 1.093 tripulantes, conscriptos de las Islas Malvinas de regreso a la Argentina y que navegaba fuera del área de exclusión decretada unilateralmente por el Reino Unido. 323 marinos argentinos perdieron la vida.

Asimismo Chile, viendosé amenazado en caso de que Argentina resulte vencedora, colaboró también con Inglaterra proporcionando información aeronaútica vital para sus intereses, Chile apoyó secretamente a los ingleses e hizo todo lo posible para que Argentina perdiera la guerra. Aviones británicos con insignias chilenas sobrevolaban la Patagonia chilena y usaban bases chilenas como centros de operaciones. Además un gran número de soldados chilenos se trasladaron al sur de Chile, alarmando a Argentina y provocando que tropas argentinas se trasladaran a esa zona.

Con la frase "El Perú está listo para apoyar a la Argentina con todos los recursos que necesite", el presidente Belaúnde declaró su apoyo a ese país. Esto incluía aviones y pilotos de la Fuerza Aérea, barcos de la Marina de Guerra y médicos de la Policía Nacional del Perú. Además Perú movilizó su flota naval al sur, frontera que comparte con Chile, con el propósito de neutralizar el movimiento militar chileno en la Patagonia. Las fuerzas armadas peruanas estaban listas para entrar en acción apoyando a Argentina si Chile tomaba parte del conflicto.

Esto pudo llegar a ocurrir de haberse concretado la operacion Mikado, la cual consistia fundamentalmente en destruir en tierra a los aviones argentinos y a sus peligrosisimos Exocet (muchos de los cuales habian sido enviados a Argentina via Perú), Reagan (presidente de USA) había advertido a Thatcher que una operación así en territorio continental argentino podía involucrar en la guerra a otros países del TIAR, como Perú y Venezuela, pero evidentemente el gobierno británico optó por ignorar esta consideración y las objeciones de sus propias unidades de comandos, finalmente la operacion Mikado terminó abortandose al ser detectados por radares argentinos y tuvieron q tomar tierra en Chile, hecho que demostró definitivamente la cooperacion anglo-chilena.

Perú fue uno de los pocos aliados de Argentina que lo apoyó abiertamente durante el conflicto. Lamentablemente posteriores dirigentes de la república Argentina se olvidarían de honrar esa deuda y se preocuparían de vender y entregar armas a Ecuador, en momentos en los cuales el Perú se dedicaba a defender su Amazonía de la amenaza del vecino del norte.

El hundimiento del buque General Belgrano, el 2 de mayo, fuera de la zona de exclusión declarada por el Reino Unido, fue el comienzo del desastre argentino. Trescientos veinte tres personas se contaron entre muertos y desaparecidos.
Los argentinos no contaban con fuerzas organizadas. Los soldados, mal alimentados y peor armados, con ropas inadecuadas para el crudo frío del sur y con sólo 18 años de edad en su mayoría, ya que se había reducido a esa edad el cumplimiento del servicio militar. Se acumularon tropas en el archipiélago sin ninguna estrategia. Los británicos eran superiores en armamentos, entrenamiento y recursos militares de todo tipo.

El 4 de mayo de 1982, nuevamente se sufrieron ataques aéreos ingleses en los puertos Argentino y Darwin. El destructor inglés Sheffield, fue hundido por la Aviación Naval argentina, equipada con misiles Exocet.

El 9 de mayo fue hundido el pesquero argentino Narwal y el 12 del mismo mes, desde Southampton partió el trasatlántico Queen Elizabeth con 3.800 soldados.

Mientras las propuestas de paz fracasaban, Argentina lograba algunos triunfos, como el hundimiento de la fragata Ardent y la destrucción de tres aviones Harrier y dos helicópteros.

El 8 de junio un intento de desembarco en Fitz Roy y Bahía Agradable fue impedido por la Fuerza Aérea argentina. La fragata Plymouth y los transportes de tropas Sir Galahad y Sir Tristan fueron hundidos.

El 12 de junio, un día después de que el Papa arribara a la Argentina bregando por la paz, luego de haber estado en Londres, hubo en las islas intensos combates que permitieron a los ingleses, al mando de Jeremy Moore, avanzar sobre Puerto Argentino.

A las nueve de la mañana, del 14 de junio de 1982, los ingleses solicitaron la rendición argentina. El Presidente Galtieri se negaba a aceptar la derrota pero el general Menéndez aceptó la rendición.

La guerra dejó como saldo 649 soldados argentinos muertos, 255 ingleses y 3 isleños. La argentina perdió la posesión de las islas, y la Junta Militar, vio aniquilado el poco poder que le quedaba, sellando el camino de la restauración democrática.

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